Nuestro segundo año de colaboración con la semana cultural del pueblo ha sido, de nuevo, un éxito, por la buena acogida que nuestras actividades han tenido.
Comenzamos a caminar bien temprano el martes, a las ocho de la mañana, para conocer el monte como mejor se puede hacer, pateándolo. Nos guio Justo Sánchez a buen ritmo, y en tres horas recorremos unos once kilómetros bajando por los lejíos y llegando a las cañadas para volver al pueblo por el carril del valle y aldehuelas. A la llegada, nos esperaba un bocadillo para reponer fuerzas, y nos fuimos directos para la asamblea general.
Este año hemos patrocinado una exposición de fotografías de aves de nuestro entorno, realizadas por Txus Pérez Martín. Más apropiado sería decir que hemos organizado y montado, más que patrocinado, porque la escasez de presupuesto la compensamos con muchas horas de trabajo robado a las vacaciones, preparando el local, las fotografías, los paneles, las cartelas. Todo artesanal y con bajo presupuesto pero con unos resultados muy profesionales, echad un vistazo a las fotos que nos dan la razón. Implicación, ilusión y un poco de estrés también, ¡que se nos echaba la apertura encima!
Más de 30 aves, abubillas, abejaruco, carbonero, herrerillo, oropéndola, rabilargo, milano, etc., que las 139 personas que han pasado por la exposición han observado con la calma que en el campo sus vivaces vuelos no permiten contemplar.
El miércoles fue el taller infantil. Txus consiguió, como una maestra, mantener la atención de los 43 niños que asistieron y se interesaron hasta el último minuto por las curiosidades de estas aves.
Las actividades con niños y niñas son especialmente emocionantes. Porque el futuro del monte está en sus manos, y su sensibilización con la naturaleza es fundamental. Verles aprendiendo divertidas, atentos, curiosas, interesados, y ver por la tarde cómo algunos enseñaban a sus familiares lo que habían aprendido por la mañana en el taller, fue lo más gratificante de la semana.
Comenzamos a caminar bien temprano el martes, a las ocho de la mañana, para conocer el monte como mejor se puede hacer, pateándolo. Nos guio Justo Sánchez a buen ritmo, y en tres horas recorremos unos once kilómetros bajando por los lejíos y llegando a las cañadas para volver al pueblo por el carril del valle y aldehuelas. A la llegada, nos esperaba un bocadillo para reponer fuerzas, y nos fuimos directos para la asamblea general.
Este año hemos patrocinado una exposición de fotografías de aves de nuestro entorno, realizadas por Txus Pérez Martín. Más apropiado sería decir que hemos organizado y montado, más que patrocinado, porque la escasez de presupuesto la compensamos con muchas horas de trabajo robado a las vacaciones, preparando el local, las fotografías, los paneles, las cartelas. Todo artesanal y con bajo presupuesto pero con unos resultados muy profesionales, echad un vistazo a las fotos que nos dan la razón. Implicación, ilusión y un poco de estrés también, ¡que se nos echaba la apertura encima!
Más de 30 aves, abubillas, abejaruco, carbonero, herrerillo, oropéndola, rabilargo, milano, etc., que las 139 personas que han pasado por la exposición han observado con la calma que en el campo sus vivaces vuelos no permiten contemplar.
El miércoles fue el taller infantil. Txus consiguió, como una maestra, mantener la atención de los 43 niños que asistieron y se interesaron hasta el último minuto por las curiosidades de estas aves.
Las actividades con niños y niñas son especialmente emocionantes. Porque el futuro del monte está en sus manos, y su sensibilización con la naturaleza es fundamental. Verles aprendiendo divertidas, atentos, curiosas, interesados, y ver por la tarde cómo algunos enseñaban a sus familiares lo que habían aprendido por la mañana en el taller, fue lo más gratificante de la semana.